no hay arte sin muerte
no hay arte sin dolor contracara de alegrías
que esperan la tristeza pródiga
no hay arte sin silencio
no el de no escuchar
sino el de ese al que le prohíben hablar
no hay arte sin gente desnuda
no hay arte con almas de frac
no hay arte sin hambre
no hay arte fino
no hay arte elegante.
no hay arte coherente
no hay arte sin entender que todo, absolutamente todo ser pensante es capaz del arte;
que algunos lo identifican y se agrietan para sublimarlo,
y es un bien necesario oírlos
y otros tienene la misma infidencia,
y es un mal inminente evitarlos
no hay arte sin desarme
sin rotura
sin desestructua
sin inframundos de unos martes que parecen de otros tiempos
y unos tiempos que parecen algo menos
lejanos
no hay arte de tapa
ni de menos
ni de más
ni de antes
ni desde luego que no hay arte si no se encuentra en el propio ser
otra parte del alma que estrujar
no hay arte desde la comodidad
no hay arte en el cielo de los católicos
no hay arte en el infierno
de los mortales
no hay arte ni dejará de haberlo
mientras aún podamos deshacernos en polvo soplado
y reencontrarnos en los cuadernos que alguna vez volvamos a escribir,
desde el sinsentido cotidiano,
con gusto a incienso barato.