jueves, 30 de julio de 2015

Travesía 4




así como tampoco se espera que ganen, ni que les interese siquiera ese triunfo.

Con esa idea en la cabeza - idea bien agradecida que no hacía menos que rejuvenecerme- caminaba entre sillas buscando la última puerta que me sacara del olor a humedad y cigarrillo impregnado en ese antro, esquivando vasos a medio terminar y ceniceros y maní y mesas con notas escritas a mano en birome azul que decían que hay sentimientos que se guardan en algún lugar de nosotros y desde ahí se las ingenian para seguir largamente vivos a pesar de que muchas veces intentamos desterrarlos y al fin creemos que los hemos echado fuera de cada parte de nuestro cuerpo, tan implacables somos, y no hay forma de saber con certeza si lo hemos logrado o aún siguen ahí; sólo, como decís vos, a través de un abrazo que deje estela, la proximidad de los mundos saliendo de nuestras bocas, las voces en la escalera hasta que los destellos de las cinco y media cortan el aire, podemos notar que aún están y sentir si se refortalecen y nos van invadiendo otra vez como nos invade el pecho el calor de los buenos vinos.





miércoles, 29 de julio de 2015

De cómo tomar decisiones.



Alinee dos coincidencias. Resuelva en el sentido de la flecha. Fomente el azar. Arroje una moneda. Olvide la cuestión. Duerma un poco. Decida en base a lo que soñó. Delegue. Pregunte cualquier cosa y decida por analogía en base a la respuesta de su interlocutor. Deje correr el tiempo: puede que se resuelva solo. No deje correr tanto tiempo: puede que lo empeore. Considere que su decisión, en muchos casos, puede alcanzar y dañar a terceros. Investigue acerca de la cuestión a decidir. Todo lo que pueda. Internet no es suficiente; hable con familiares, vecinos y principalmente cajeras del supermercado chino. Tenga en cuenta que todo lo que haga desde el momento en que se le plantea la cuestión a decidir influirá fatal pero causalmente sobre el resultado de la decisión; a quién se lo cuente, a quien no se lo cuente, si piensa demasiado en ello, si no lo piensa lo suficiente, si somatiza en consecuencia y su organismo se enferma a causa del estrés de pensarlo, si elije solucionar primero el asunto del estrés para luego volver al de raíz o cree que tomar una decisión privado de su estado total de salud será beneficioso; o no; si va al médico y este le prohíbe terminantemente toda temática en la que se ocupaba antes de visitarlo para salvaguardar su bienestar, si gastó una fortuna en la consulta y no le alcanza para lo recetado, si pide fiado o le avergüenza la situación, si vuelve a su casa con antigripales y sin poder comunicarse del todo bien por la disfonía y no tiene más que ganas de meterse en la cama y dormir un poco; si al otro día no siente ganas de levantarse o de despertarse del todo pero eventualmente se despierta aunque no se levanta, si sería bueno olvidarse de lo que tenía que resolver y no decidir nada al respecto porque tomar decisiones definitivamente a usted le cuesta demasiado.